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Historia

Herederos de la tradición de tostadores de café de Sevilla

Orígenes

Desde muy joven, con tan solo once años de edad, Andrés Bermúdez Bueno comenzó a trabajar como técnico electromecánico ayudando a su padre en instalaciones industriales. Una de las empresas a las que prestaban servicio era "Cafés Trueba y Pardo", situada desde 1929 en las inmediaciones de la Puerta de la Carne, en Sevilla. Allí fue contratado y trabajó durante 37 años, lo que le brindó la oportunidad de conocer muy de cerca las excelencias de la cultura del café y las particularidades de su negocio.
 
En 1989, debido al fuerte crecimiento que experimentó el valor de los terrenos donde se asentaba la empresa, los propietarios optaron por su venta, procediendo al cese de la actividad productiva y al desmantelamiento de las instalaciones. Al igual que el resto de trabajadores, Andrés Bermúdez fue despedido e indemnizado, aunque recibió el encargo de la venta de la maquinaria de producción.
 
Gracias a esta indemnización, a la comisión por la venta de la maquinaria y a un crédito de 5 millones de pesetas facilitado por "El Monte de Piedad", Andrés pudo comprar parte de dicha maquinaria e instalar su propia empresa en el polígono industrial Hacienda Dolores, en Alcalá de Guadaíra. Fueron necesarios dos años de arduo trabajo de restauración y montaje y la ayuda de un hermano y sus dos hijos, Andrés y Álvaro, para poner en marcha, a finales de 1991, la fábrica y la comercialización de la marca AB Café.
 
 

Giro de timón

En el año 2006, debido a la evolución del mercado y al enfoque de la nueva generación, la familia Bermúdez decide cambiar de rumbo, reorientando su negocio hacia un público más exigente. Fruto de esta decisión son el nacimiento de la marca Café INSIGNIA y, en 2007, el de La Escuela del Café, centro de referencia para la formación especializada en el producto café y en su elaboración por el que han pasado, a fecha de hoy, más de 2.000 alumnos.
 
La Escuela del Café, que cuenta actualmente con acuerdos firmados con múltiples escuelas de hostelería, tanto publicas como privadas, representa el cambio de mentalidad de la empresa, que ha dejado de considerar a los hosteleros como un cliente, para contar con ellos como el último eslabón de la cadena para que el café, el producto final, llegue con toda su esencia al verdadero cliente, el consumidor.
 
 

Situación actual

Hoy, más de dos décadas después de su creación, Sevillana de Café, SL cuenta con una plantilla de 35 empleados y tuesta alrededor de 250 toneladas de café anuales, repartidas entre sus tres principales marcas: AB CaféCafé Santa Cruz y Café INSIGNIA. Además, es distribuidora de gran variedad de productos afines al desayuno, muchos de ellos en exclusiva, entre sus cerca de 1.000 clientes localizados en su mayoría en Andalucía Occidental.
 
Sin embargo, lejos de conformarse con estas cifras y pese al entorno económico adverso propiciado por la crisis, la empresa sigue evolucionando, rediseñando todos sus procesos de trabajo e incorporando sistemas de información a la producción y la venta que permiten aumentar la eficiencia y ofrecer un servicio al cliente con una gran diferenciación competitiva, comercializando productos con un alto valor para los consumidores y la máxima rentabilidad para los clientes.
 
 
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